Poesía Perdón

AL CRISTO DE LA CAIDA

Resbala el pie y oscila bruscamente

el pesado madero que te oprime;

y el hombre que en tu angustia se redime

te mira y no te ve, de indiferente.

 

En tierra das, Señor omnipotente;

y en el surco que labra tu rodilla

no ve el hombre que viertes la semilla

que mana, gota a gota , de tu frente.

 

 Quítanos de los ojos esta venda;

anéguese en tu luz nuestra mirada.

 

 Y el mundo entero de una vez comprenda

que la cruz te resulta tan pesada

más porque de sus culpas va cargada

que por los duros cantos de la senda.

 Emilio Bregante Palazón (1950)