LA NEGACIÓN DE SAN PEDRO

Pertenece a la Pontificia, Real e Ilustre Hermandad de Nuestro Padre Jesús en el paso de El Prendimiento.

Responde a un boceto de magnífica composición que fue presentado originariamente en el año 1929 por el escultor Lorenzo Coullaut-Valera, y  premiado en la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929, pero la repentina muerte del artista dio al traste con la ejecución definitiva del paso. Casi treinta años más tarde, la Hermandad se pone en contacto con su hijo Federico Coullaut-Valera y le encarga la realización del trono, quien basándose en el boceto original, tallo las imágenes en madera de pino policromadas, doradas y estofadas.

El paso fue terminado en 1958 y adquirido por la hermandad el 29 de marzo del citado año.

Consta de siete imágenes y un gallo, representando a Cristo maniatado, conducido por dos judíos al tribunal y sentadas en un banco dos criadas y San Pedro, perplejo ante un sayón que le reconoce y señala.

Hay que destacar del paso la figura del "gallo" que representa figuradamente el momento en que San Pedro niega por tercera vez a Jesús.

El tamaño de las siete imágenes es mayor que el natural resultando un poco macizas y gigantes, la anatomía de las figuras es fuerte y robusta, marcando agudamente arterias, venas y músculos.

Desfila el Lunes y Viernes Santo en la Procesión General, acompañada por nazarenos con vestas de color verde y blanco.

Este estrena nuevo trono en la Semana Santa del año 2011, y viaja a Madrid en el mes de agosto para participar en el Vía Crucis junto a Su Santidad el Papa Benedicto XVI con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud como única imaginería seleccionada de toda la Comunidad Valenciana para el evento.

Tras más de diez años de intenso trabajo del artista oriolano Vicente Gimeno, el trono ya está en disposición de salir a la calle en la presente Semana Santa. Hecho a mano, a grandes dimensiones, dorado y policromado, se trata de una obra de arte que muestra numerosos símbolos como el águila de El Prendimiento, el pájaro Oriol de la ciudad así como su escudo, y una historia que obliga a observar el trono en todos sus ángulos y detenerse en todos sus rincones y detalles, para comprobar una historia que recrea desde la Creación hasta el Juicio Final, pasando por la Pasión y Muerte de Jesús.