CRISTO YACENTE

El Ayuntamiento de la ciudad, en su calidad de organizador, desde tiempo inmemorial, de la procesión del Santo Entierro, encargó, en el año 1942, una escultura de Cristo Yacente al imaginero murciano José Seiquer Zanón, pues la anterior había sido destrozada en los primeros momentos de la Guerra Civil. Concluida la obra, la nueva imagen fue presentada en el despacho de la alcaldía de la antigua Casa Consistorial, situada en la plaza Nueva.

Se trata de una artística talla de madera policromada, realizada a tamaño natural, que descansa sobre un sudario en la losa del sepulcro. Por ello, la cabeza, inclinada hacia el lado derecho, está situada al mismo nivel que el cuerpo; los brazos están extendidos paralelos al tronco y las piernas ligeramente separadas una de otra. Un extremo del sudario hace la veces de paño de pureza. El cuerpo aparece limpio de humores y suciedad;

La figura va colocada en el interior de una urna de madera, tallada por Juan Balaguer y dorada por Enrique Luis Cárceles, artífices oriolanos

Desfila a hombros y acompañado por alumbrantes en la Procesión del Santo Entierro, el Sábado Santo.